Pantallas en la infancia: usos y recomendaciones

El uso de pantallas en niños ha aumentado significativamente en las últimas décadas, lo que ha llevado a un creciente interés por conocer el impacto que puede tener en el desarrollo cerebral y emocional de los pequeños. Diversos estudios han evidenciado que un tiempo de pantalla excesivo puede influir negativamente en la atención y el aprendizaje, determinando un impacto en el cerebro en formación de los niños. Esto es especialmente evidente durante las etapas clave del desarrollo infantil, donde la estimulación adecuada es crucial para el crecimiento cognitivo y emocional.

Investigaciones sugieren que el tiempo de pantalla prolongado puede conllevar dificultades en la concentración, problemas de memoria y un aumento en el riesgo de trastornos de ansiedad y depresión. Por lo tanto, se ha enfatizado la necesidad de establecer un equilibrio saludable entre el uso de pantallas y otras actividades. Las recomendaciones actuales sugieren que los padres y cuidadores deben considerar no solo la cantidad de tiempo que los niños pasan frente a pantallas, sino también la calidad del contenido que consumen. El contenido educativo y colaborativo puede tener un impacto positivo, mientras que el exceso de consumo pasivo a menudo se asocia con efectos adversos en el desarrollo social y emocional.

En la actualidad, el uso de pantallas en niños se ha convertido en un tema de creciente preocupación entre los padres y especialistas en desarrollo infantil. Según recomendaciones de la American Academy of Pediatrics (AAP), el tiempo recomendado de pantalla varía significativamente según la edad de los niños, con el objetivo de minimizar el impacto en el cerebro y fomentar un desarrollo saludable.

Por su parte, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado recientemente sus recomendaciones sobre el uso de pantallas en niños y adolescentes, reconociendo la necesidad de adaptas las pautas a los avances tecnológicos. En base a una nueva evidencia científica proponen:

🚨Aumentar el rango de edad en el que no debe exponerse a los niños a pantallas, que pasa de los 2 a los 6 años

Asimismo, han demostrado una fuerte asociación entre el tiempo que los padres pasan frente a las pantallas y el de sus hijos, sobre todo durante las comidas y las horas de descanso. Indican queel uso excesivo de pantallas perjudica áreas como el sueño, el riesgo cardiovascular, el volumen cerebral o la alimentación.

La gestión efectiva del tiempo de pantalla en niños es esencial para su desarrollo infantil. Para establecer límites saludables en el uso de pantallas, los padres y cuidadores pueden adoptar una serie de estrategias prácticas.

1️⃣ Es fundamental acordar una programación de tiempos de uso que se adapte al estilo de vida familiar. Esta programación debe incluir periodos específicos para actividades en pantallas, asegurando que no sobrepasen las recomendaciones de tiempo para el uso de dispositivos, evitando así el impacto en el cerebro de los niños.

2️⃣ Creación de zonas libres de pantallas en el hogar. Designar espacios donde no se permiten dispositivos, como el comedor y los dormitorios, puede fomentar la interacción cara a cara entre los miembros de la familia. Esto no solo ayuda a reducir el tiempo de pantalla saludable, sino que también establece hábitos de comunicación más sólidos y un entorno familiar más unido.

3️⃣ Ofrece alternativas a pantallas que no solo mantengan a los niños ocupados, sino que también estimulen su creatividad y aprendizaje. Actividades como leer, jugar al aire libre o realizar manualidades pueden ser muy beneficiosas.

4️⃣ Se el ejemplo a seguir. Modera el propio uso de pantallas y participa activamente en actividades con tus hijos. La comunicación abierta sobre el tiempo recomendado de uso de pantallas y sus efectos es vital. De esta manera, se puede ayudar a los niños a comprender la importancia de gestionar su propio tiempo de pantalla de manera consciente y saludable.

Con el aumento del tiempo de pantalla en niños, es fundamental considerar alternativas que fomenten un desarrollo infantil saludable. Entre ellas podemos encontrar:

🧩 Juegos interactivos: estimulan la creatividad y el pensamiento crítico. Estos pueden incluir juegos de mesa que promueven la cooperación y la resolución de problemas, o incluso juegos al aire libre que involucran actividad física y mejoran las habilidades motoras y de socialización.

📚 Leer: a través de los libros, los niños pueden explorar diferentes mundos, culturas y personajes, lo que no solo estimula su imaginación, sino que también mejora sus habilidades lingüísticas y cognitivas.

🎨 Manualidades y actividades artísticas: estas prácticas no solo permiten a los niños expresarse creativamente, sino que también mejoran su coordinación y concentración.

⚽️ Actividades comunitarias: clases extracurriculares como danza, deportes, o grupos de teatro no solo son enriquecedoras, sino que también ayudan a los niños a construir relaciones sociales significativas.

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